Como sanitaria, he visto el dolor de hombres y mujeres causado por este nuevo virus, comparto y comprendo el desasosiego que están viviendo. La incertidumbre de unos y la pesadez de otros por el confinamiento en sus casas, cansados de la tecnología y cansados de tener la comida en la mesa.
Como miembro de una ONGD ("Personas"), he visto el dolor de hombres y mujeres causado por la Miseria. Comparto y comprendo el desasosiego habitual con el que conviven desde que nacieron. La incertidumbre de su futuro incierto, del cansancio de vivir en las calles, de no sentarse a la mesa porque no la tienen y no tendrían nada que poner en sus platos. Cansados de esperar al asesino, violador o verdugo a la vuelta de la esquina. Cansados de no poder dormir porque el miedo no les deja.
Y es ahora amig@ mío, cuando te metes en esas fotos y te sientas protagonista de alguna de ellas.
Sé la madre de esos niños, la hermana que camina con su familia huyendo de la guerra y sé ese hombre ensangrentado llorando la muerte de su hija asesinada por una bomba.
Como persona he visto la injusticia de la vida.
Ayúdame tú a entender,
a comprender porqué no ha estado pasando nada, porqué se está consintiendo que mueran al día 24.000 personas a causa del hambre, más las muertes de miles de migrantes, más las muertes de miles de refugiados, más miles de muertos por la guerra.
Ayúdame a entender porqué ahora que le ha tocado al primer mundo sentir la muerte en sus puertas, todo se ha activado, se buscan soluciones por doquier, hay que paliar esta pandemia inmediatamente, todo es urgente, ya!
Y por más que sigo haciendo números, no me salen las cuentas, el de fallecidos del tercermundismo, sobrepasa en mucho a los de la pandemia.
Pero ahí está, a quién o a qué gobierno le importa esto, si total ellos son los otros, los que están acostumbrados a la injusticia, al olvido, a las miradas esquivadas.
¿Amig@, tu lo entiendes? Si es así, ayúdame. Porque solo me queda la pequeña esperanza de que cuando pase todo esto, hayamos cambiado un poco, que dirijamos nuestro corazón a todos los que sufren, no solo a unos pocos. Porque estoy segura que si lo hacemos, si empatizamos con los demás, seremos mejores personas.
